Piojo Aviar

Los piojos de las gallinas (no confundir con los ácaros) pueden ser más o menos benignos para nuestras aves, hay varias docenas de especies, desde las más benignas que solo se alimentan de detritus de las plumas y de las exudaciones de la piel, hasta los más peligrosos que se alimentan de sangre (el eomenacanthus stramineus). No hay que preocuparse del contagio a los humanos pues los que nos infectan a nosotros son de otras especies más sibaritas.

Los síntomas más visibles son que los animales están más inquietos, se alimentan anormalmente y la puesta cae a la mitad. Es fácil ver si tenemos las aves infectadas, con una inspección de vez en cuando los podremos ver alrededor de la cloaca y bajo las alas principalmente, asociados veremos también con facilidad los huevos.

Suelen introducirlos las aves silvestres, en nuestra latitud sobre todo los gorriones. No sobreviven como otros parásitos fuera del cuerpo del ave (máximo 1 semana, por lo que rociar las instalaciones no es práctico para esta especie).

El tratamiento con métodos naturales no es muy efectivo (alguna referencia hay al ajo y algunas plantas aplicadas en macerado). Mediante químicos hay varias opciones como el malathion en polvo, insecticidas con piretrinas o con cipermietrina (marca comercial Arpón por ejemplo).